Una auditoría energética consiste en un estudio que identifica cómo se reparte el consumo energético en el edificio y propone las medidas más adecuadas para mejorarlo.
Los objetivos fundamentales de una auditoría energética son:
Los objetivos fundamentales de una auditoría energética son:
- Lograr una mayor sostenibilidad del edificio.
- Incrementar la eficiencia energética.
- Conseguir un ahorro monetario (derivado del ahorro energético).
Las recomendaciones de mejora tras la auditoría energética pueden incluir:
- Introducir o potenciar el uso de fuentes de energía renovables.
- Sustituir fuentes de energía obsoletas, iluminación o sistemas que funcionan con una baja eficiencia energética.
- Reducir de la potencia eléctrica contratada.
- Mejoras de la envolvente y del aislamiento térmico del edificio.
- Introducir soluciones de arquitectura e ingeniería bioclimática.
Para industrias, hoteles, empresas, comunidades de propietarios y particulares, identificar estas áreas en las que pueden mejorar es fundamental ya que solo así se pueden tomar las medidas oportunas para disminuir los gastos energéticos. Cada
mejora realizada repercutirá inmediatamente en el ahorro de la energía demandada y en la revalorización del inmueble.